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Las soluciones al plástico desde una perspectiva circular

10 minutos

El plástico como problemática global nos exige hoy por hoy soluciones tanto para el plástico que día a día se hace presente en el medio ambiente, como para aquel que aún no se ha producido y puede ser eliminado desde el diseño tal como lo propone la economía circular.

Soluciones a los plásticos en el ambiente

Se han encontrado desechos plásticos en las principales cuencas oceánicas del planeta, con un estimado de 4 a 12 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos plásticos generados en la tierra que ingresan al medio marino anualmente.

La contaminación de los sistemas de agua dulce y los hábitats terrestres con fibras sintéticas es también una preocupación. Los desechos plásticos son tan omnipresentes en el medio ambiente que se ha sugerido como un indicador geológico del Antropoceno (era geológica actual que se distingue por el papel central que desempeña la humanidad para propiciar significativos cambios geológicos).

Mejorar la infraestructura de recolección, almacenamiento y reprocesamiento después del uso se ha señalado como una actividad fundamental para evitar que el plástico ingrese al ambiente, particularmente en los países con más fugas de plásticos.

El desperdicio de plástico per cápita diario en los países de más altos ingresos (Kuwait, Guyana, Alemania, Países Bajos, Irlanda, Estados Unidos) es más de diez veces mayor que en muchos países como India, Tanzania, Mozambique y Bangladesh. Sin embargo, en los países de más altos ingresos, la infraestructura y sistemas de gestión de residuos son muy eficaces; esto significa que los desechos plásticos desechados (incluso los que no se reciclan o incineran) se almacenan en vertederos cerrados y seguros. En estos países, casi ningún residuo plástico se considera gestionado de forma inadecuada.

Por otro lado, en muchos países de ingresos bajos a medianos, los desechos eliminados de manera inadecuada pueden ser muy altos, lo que implica que entre el 80 y el 90% de los desechos plásticos se eliminen de manera inadecuada y, por lo tanto, corren el riesgo de contaminar ríos y océanos.

China aporta la mayor proporción de desechos plásticos mal administrados, con alrededor del 28% del total mundial, seguido por el 10% en Indonesia, el 6% tanto en Filipinas como en Vietnam.

Altas tasas de fuga de plásticos

Este es un primer paso fundamental, pero probablemente no sea suficiente de forma aislada. Incluso en los mejores escenarios actuales para mejorar la infraestructura, las fugas solo se estabilizarían, no se eliminarían, lo que implicaría que el volumen total acumulado de plásticos en el océano continuaría aumentando fuertemente.

Por ejemplo, incluso a una tasa de fuga de solo el 1%, alrededor de 1 millón de toneladas de envases de plástico escaparían de los sistemas de recolección y se acumularían en los sistemas naturales cada año. Por lo tanto, se hacen necesarias otras medidas.

Innovaciones en recolección

En los últimos años se han generado varias innovaciones en materia de recolección de plástico del ambiente. Una de las más prometedoras es la propuesta por la organización no gubernamental “The Ocean Clean-Up”.

Su solución más reciente es un sistema de barrera pasiva de flotación libre de aproximadamente 600 m de longitud, equipado con una pantalla que llega a cuatro metros por debajo de la superficie del agua (Ver Figura 1).

Figura 1. El sistema de limpieza del océano de The Ocean Clean-Up 

Según sus hallazgos, se espera que más del 95% de los plásticos de más de 10 mm puedan quedar atrapados por la barrera. Después de la recolección, el plástico sería llevado a tierra por buques para reciclaje. Antes de escalar este sistema a escala global, se implementó un piloto a fines de 2018 en el Pacífico Norte. Actualmente se espera escalar gradualmente hasta 60 sistemas. El objetivo a largo plazo de TOC es haber limpiado el 90% de la masa actual de plástico marino a nivel mundial.

Otro sistema que se prevé exitoso es el PGS, de una empresa noruega que utiliza sus buques sísmicos para recuperar el plástico oceánico a gran escala. El concepto se encuentra en un estado de diseño maduro y consiste en una embarcación sísmica y una embarcación de apoyo remolcando ventiladores dispuestos en forma concéntrica, los cuales están conectados a una unidad de procesamiento al final de la extensión.

Los compresores a bordo de los buques sísmicos se utilizan para bombear aire a través de una manguera ventilada, remolcada a 50 metros de profundidad. Las burbujas de aire se adhieren a los plásticos sumergidos que luego ascienden a la superficie. Entonces, pueden ser recogidos con relativa facilidad por las barreras y ordenados por una unidad de separación al final de la instalación.

Políticas preventivas

Además de las soluciones técnicas es importante plantear soluciones de política ambiental que sean efectivas. La creación de una economía de plásticos eficaz después del uso es una importante tarea pendiente, pues bajo la premisa de darle un valor comercial al residuo se haría mucho más atractiva su recuperación.

Soluciones desde una perspectiva circular

Desde la perspectiva circular, la aplicación de sus tres principios debe guiar la búsqueda de soluciones. Por un lado es necesario preservar y restaurar el capital natural, evitando consumir recursos finitos como los combustibles fósiles (Principio 1), pero también en el diseño de la solución debemos considerar el mantener el producto en uso el mayor tiempo posible (Principio 2) y minimizar los impactos negativos al ambiente como los GEI (Principio 3).

Por otro lado, las 5Rs en su orden de prioridad pueden ayudarnos a discriminar entre las soluciones más y menos deseables al problema.

Rechazar: Esta R es siempre la prioridad al momento de enfocarnos en el ciclo técnico a donde pertenecen los plásticos, pues dadas las propiedades del plástico resulta imperioso evitar su producción para usos no adecuados a su durabilidad, como en el caso de los plásticos de un solo uso.

En este contexto rechazar significa entonces dejar de producir plásticos para usos que no lo ameritan por ejemplo a partir de estimular cambio de hábitos hacia el uso de envases durables y reutilizables como el vidrio y el metal.

Reducir: Al reducir el consumo nos planteamos la opción de seguir haciendo un uso del producto pero en una forma distinta. En el caso de los plásticos esto podría significar usar menos material para un uso ya existente o usar un material radicalmente distinto.

Si los plásticos se producen con carbono renovable a partir de biomasa, la utilización directa de CO2 para la producción de la biomasa y su posterior reincorporación al ambiente a través de la biodegradación, harán que el producto no se acumule en el ambiente haciendo daño. Sin embargo, es también importante asegurar que la producción pueda ser completamente independiente de los recursos fósiles, esto es que respalde la economía circular haciendo uso de energías renovables.

Un desafío clave actual de los plásticos biodegradables es que tienden a necesitar métodos particulares de gestión de residuos que no siempre están ampliamente disponibles. Por lo general, deben separarse del flujo de reciclaje tradicional (que puede ser difícil y costoso) y deben ir a instalaciones específicas de compostaje. Esto no significa que tales métodos sean inviables, pero podría tener un costo económico adicional, especialmente si se encuentran en la corriente de desechos en concentraciones bajas, y requeriría un trabajo significativo en términos de rediseño de la infraestructura.

Ampliar la adopción de envases de plástico compostables industrialmente para aplicaciones específicas, como bolsas de basura para residuos orgánicos y envases de alimentos para eventos, empresas de comida rápida, comedores y otros sistemas cerrados, donde existe un bajo riesgo de mezcla con el flujo de reciclaje y donde es posible compostar con otros contenidos orgánicos, puede ser un primer paso, a la vez que devuelve los nutrientes al suelo.

Reusar: Los modelos de reutilización de plástico en general se han considerado poco interesantes pues implican transacciones de intercambio y logística inversa. Sin embargo, existe un aumento significativo en el interés, los compromisos y las acciones de las empresas y el gobierno sobre la reutilización en forma de proyectos piloto, iniciativas de investigación y startups centradas en la reutilización.

Las alternativas más obvias implican por ejemplo ampliar la adopción de envases reutilizables en aplicaciones de empresa a empresa, donde la empresa que recibe retorna el envase para que este vuelva nuevamente con el producto en el próximo pedido, pero también es deseable y común verlo aplicado en modelos de empresa a consumidor, como las bolsas reutilizables o los empaques de productos de limpieza o bebidas que al retornarlos significan un ahorro para el consumidor.

Los modelos de reutilización de plásticos de empresa a consumidor (B2C), se diferencian en términos de “propiedad” de los envases. Los usuarios de recarga conservan la propiedad ya que conservan el embalaje, mientras que los usuarios de retorno devuelven el embalaje y la propiedad se mueve entre la empresa y el usuario o se queda con la empresa.

Los modelos de reutilización innovadores pueden generar importantes beneficios, pues gracias a las tecnologías digitales pueden también ayudar a conocer las preferencias cambiantes de los usuarios, brindar una experiencia de usuario superior, personalizar los productos según las necesidades individuales, generar lealtad a la marca, optimizar las operaciones y ahorrar costos.

A nivel mundial, se estima de manera conservadora que reemplazar solo el 20% de los envases de plástico de un solo uso con alternativas reutilizables es una oportunidad económica con un valor de al menos US$ 10 mil millones.

Reciclar: Si bien el reciclaje es la última opción en términos de circularidad, tiene un lugar en la gama de soluciones a la problemática del plástico.  Para que este mecanismo funcione adecuadamente se requiere establecer  un mecanismo de diálogo de la cadena de valor cruzada y desarrollar un Protocolo Global de Plásticos para que a través del rediseño y la convergencia de materiales, formatos y sistemas de post-uso, se puedan mejorar sustancialmente los rendimientos, la calidad y la economía de la recolección, clasificación y reprocesamiento, al tiempo que se realiza una innovación continua tanto en materiales como en las tecnologías de reprocesamiento.

Hacia dónde va Chile: La Estrategia Chilena del Plástico

En Chile está en marcha el Pacto Chileno del Plástico – PCP , el cual está liderado por Fundación Chile y el Ministerio de Medio Ambiente, con el objetivo de repensar el futuro de los plásticos impulsando un modelo que mantenga el material en uso por el mayor tiempo posible y evite que acabe en el medio ambiente (más información en https://circulaelplastico.cl/).

Este Pacto, basado en la “Nueva economía de los plásticos” de la Fundación Ellen MacArthur, es una ambiciosa iniciativa que une a empresas, gobiernos y otras organizaciones para buscar la transición de una economía lineal a una circular para los plásticos, abordando los residuos y la contaminación desde su origen. Sus metas son:

  1. Eliminar los envases de plástico de un solo uso innecesarios y problemáticos mediante el rediseño y la innovación.
  2. Asegurarse de que el 100% de los envases de plástico sean reutilizables, reciclables o compostables
  3. Asegurarse de que 1/3 de todos los envases de plástico se reutilicen, reciclen o composten de forma eficaz.
  4. Incorporar un 25% de contenido reciclado en envases de plástico.

Referencias

 

 

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