Los últimos años han visto un crecimiento de la conciencia y preocupación por la crisis urgente del plástico en los océanos. Más recientemente, esa preocupación se ha expandido al impacto del plástico en ecosistemas, sobre el suministro de agua y alimentos, y sobre la salud humana, en medio de pruebas emergentes de que el plástico se acumula no solo en nuestro medio ambiente, sino también en nuestro cuerpo.
De los 150 millones de toneladas de plástico que se calcula que hay en el océano, aproximadamente 23 millones son de aditivos. Los plásticos son mezclas de polímeros a los que se les añaden aditivos. Estos aditivos se utilizan para mejorar las propiedades del plástico o para reducir su coste. Hay miles de aditivos en el mercado. En la actualidad se producen 13,2 millones de toneladas de aditivos anualmente. La exposición a muchos de estos aditivos a largo plazo y la repercusión que pueda tener a nuestra salud y sobre los sistemas naturales, como el océano, crean mucha preocupación. Aunque los estudios científicos no llegan a ser concluyentes, según el informe hay suficientemente indicaciones para buscar alternativas más seguras.
También indican la necesidad de una mayor investigación sobre los riesgos que pueden causar, incluyendo los efectos a largo plazo y el efecto que pueda tener la combinación de estas sustancias.
Disruptores endocrinos – EDCS
Entre los efectos adversos para la salud que generan los disruptores endocrinos que resultan de los plasticos, se incluyen cáncer de próstata, cáncer de mama, abortos naturales, problemas de tiroides, defectos congénitos, pubertad prematura, bajos conteos de esperma, hiperactividad y agresividad en niños y déficit atencional.
“De 419 sustancias químicas que se encuentran en los materiales plásticos duros, blandos y de espuma utilizados en los juguetes para niños, identificamos 126 sustancias que pueden dañar la salud de los niños a través de efectos cancerosos o no cancerosos, incluidos 31 plastificantes, 18 retardadores de llama y 8 fragancias. En nuestro estudio, ser perjudicial significa que, para estos productos químicos, las dosis de exposición estimadas superan las dosis de referencia reglamentarias o los riesgos de cáncer superan los umbrales de riesgo reglamentarios”.