Cambios en los estilos de vida: Avances, oportunidades y desafíos

10 minutos

La pandemia del Covid-19 representa un desafío mayor para la salud pública, pero también una oportunidad única para la humanidad, dados los grandes cambios en los estilos de vida cotidianos que el aislamiento forzado ha generado en todo el mundo.

Tales cambios en el estilo de vida podrían tener impactos tanto positivos como negativos en un futuro cercano, ya sea a nivel económico como ambiental. Varios estudios han visto a este desafío como una oportunidad, pues algunos de los nuevos comportamientos que se han generado podrían reforzar el anhelado cambio hacia una economía más regenerativa.

Por ejemplo, los cambios experimentados a raíz del incremento en el teletrabajo podrían significar mejoras en aspectos como la reducción de emisiones de gases efecto invernadero. De hecho, como respuesta al Covid-19 en China se reportó una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de aproximadamente un 25% durante los meses de aislamiento, mientras que a nivel global las emisiones diarias de CO2 disminuyeron en un 17% a principios de abril de 2020 en comparación con los niveles medios de 2019. Esto fundamentalmente debido a los cambios en el transporte y el consumo energético. En su punto máximo, las emisiones en los países, a nivel individual, disminuyeron en un 26% en promedio (ver Figura 1 y 2).

Figura 1. Tasa anual de cambio en la demanda primaria de energía desde 1900, con eventos clave que impactaron la demanda energética resaltados. (IEA, 2020).

Figura 2 a y b. Emisiones globales (en Gigatoneladas de CO2e) relacionadas con el consumo de energía (arriba) y cambio anual (abajo), con los niveles proyectados al 2020 en rojo, Otros eventos similares se señalan para proporcionar un marco de comparación (IEA, 2020).
Pero no solo las emisiones de CO2 se redujeron. En California se generó una reducción del 50% en los óxidos de nitrógeno y, tanto en Italia como en China, se redujeron visiblemente los niveles de NO2, todas estas bajas relacionadas con las emisiones vehiculares.

Sin embargo, los estudios proporcionan evidencia mixta a la hora de analizar el impacto de la pandemia. Algunos han encontrado evidencia de estilos de vida más saludables y consumos más sostenibles mientras que otros han revelado problemas que surgen de estilos de vida más sedentarios, o que exacerban el consumo de plásticos de un solo uso como resultado de la cuarentena.

Entre los efectos negativos de la pandemia en la circularidad, tenemos que en algunos casos se ha producido un aumento significativo del desperdicio de alimentos, especialmente de productos agrícolas perecederos. Los productores también se están viendo afectados por la disminución del acceso a importantes insumos para la agricultura, como los fertilizantes inorgánicos.

Por otro lado, la gestión de los residuos humanos y animales, que son cruciales para proteger la salud pública y el medio ambiente, se han convertido en un reto por las restricciones impuestas por la crisis debido a la escasez de mano de obra y al riesgo de exposición.

Las malas noticias también se presentan en otros sectores como el hospitalario, donde se ha incrementado en más de un 50% la producción de residuos como resultado de los nuevos protocolos de seguridad. De hecho, en un estudio realizado en Bélgica se encontró que el sector hospitalario incrementó en un 65% su producción de residuos.

Mirando hacia el futuro que viene…

Más allá de lo anterior, la pandemia nos deja a nivel mundial con retos gigantescos en términos económicos y sociales. La tasa mundial de pobreza extrema aumentó por primera vez en más de 20 años, de 119 a 124 millones de personas volvieron a la pobreza extrema en 2020. En escolarización, 101 millones de niños han caído por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura, potencialmente acabando con dos décadas de logros educativos. Las mujeres se enfrentaron a un aumento del trabajo de cuidados no remunerado y mal remunerado. A nivel económico, la pandemia también ha traído consigo enormes desafíos, especialmente para los países en desarrollo, con un aumento significativo en problemas de endeudamiento y drásticas disminuciones de la inversión extranjera directa y el comercio.